Los trastornos de la conducta alimentaria (tca) son enfermedades mentales en los que la persona desarrolla una relación no saludable con su alimentación.
No obstante, ésta suele ser la superficie del iceberg que vemos.
En la base solemos encontrar dificultades en el ámbito cognitivo, emocional, conductual y social que la persona ha aprendido a canalizar a través de variar la cantidad que ingiere (pudiendo restringir y/o darse atracones de comida) o la calidad de los alimentos (categorizando alimentos como “prohibidos”). De esta manera a corto plazo, suelen adquirir una falsa sensación de control sobre su vida y una reducción de la ansiedad que han experimentado a raíz de esas dificultades que han surgido en el día.
Como estas consecuencias en el corto plazo “positivas” (ya que a medio y largo plazo mantienen el problema siendo cada vez más difícil salir de él) y no reciben ayuda psicológica para adquirir herramientas con las que gestionar esas situaciones de una manera sana, eficaz y satisfactoria, poco a poco se va manteniendo, un patrón disfuncional con graves complicaciones físicas.
¿Cómo puede una persona llegar a desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria?
No hay una única causa que haga que una persona empiece a desarrollar un tca. La suma de experiencias vitales y aprendizajes hace que la persona vaya acumulando factores de riesgo y sea más vulnerable a caer en este círculo vicioso.
Estos factores se producen en diferentes contextos (social, familiar, cultural…) y la mayoría de veces, sobretodo cuando hablamos de aquellos personales como pueden ser las conductas del entorno, se hacen sin ser conscientes de cómo pueden afectar a la otra persona.
Por ejemplo, haber recibido bullying en la infancia, darle una importancia excesiva al físico mediante comentarios recurrentes sobre el físico, ejercicio y/o alimentación de una persona son factores de riesgo para desarrollar un tca.
No obstante, muchas de las personas que emiten estos comentarios, suelen hacerlos sin el conocimiento ni intención de generar ese impacto, sino que forman parte del repertorio de conductas y estilo de comunicación que ha aprendido en su propia historia personal, familiar, cultural.
Lejos de buscar culpables, nuestro objetivo es identificar las causas, trabajar los síntomas y recuperar el bienestar de la persona.
Que vuelva a tomar el control sobre su vida de una manera saludable, con recursos y libre de elegir cómo quiere afrontar las situaciones que se le presentan.
Los medios de comunicación también influyen de una manera significativa mediante los mensajes e imágenes que muestran como representativos de una población, fomentando cada vez más unas metas muy elevadas y poco realistas sobre el físico, a través de anuncios publicitarios y modelos cuidadosamente editando cada detalle para no dejar visible ningún defecto humano.
Aquí tienes un resumen de los diferentes factores que pueden influir para que te hagas una idea de la complejidad de su etiología y las áreas sobre las que podemos trabajar:
Anorexia Nerviosa
La Anorexia Nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria caracterizado por:
- Restricción del consumo energético relativo a los requerimientos que conlleva a un peso corporal marcadamente bajo, que se define como un peso inferior al mínimo normal o, para niños y adolescentes, inferior a lo que mínimamente se espera para su edad y estatura.
- Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso, o una conducta persistente para evitar ganar peso, incluso estando por debajo del peso normal.
- Alteración de la percepción del peso y/o la silueta corporal. Exageración de su importancia en la autoevaluación o persistente negación del peligro que comporta bajo peso corporal actual.
Sin embargo, hay más aspectos detrás que forman el caldo de cultivo del trastorno y que conviene trabajar como:
- El perfeccionismo.
- Un estilo cognitivo muy rígido (cuadriculado).
- Una baja autoestima.
- Dificultades en las relaciones sociales.
Es muy probable que necesites ayuda psicológica si:
Nota: NO HACE FALTA QUE LOS CUMPLAS TODOS PARA QUE ESTO SEA UN PROBLEMA. La simple presencia de algunos indica la aparición de un problema de la conducta alimentaria, que se agravará cada vez más si no ponemos remedio cuanto antes.
- Te ves de una manera muy distinta a como te ven las personas que te quieren (por ejemplo, tú te ves bien mientras tu familia te ve extremadamente delgada).
- Tienes terror a subir de peso.
- En tu día continuamente están presentes pensamientos sobre qué comer, cuándo, cuánto…etc
- No identificas las sensaciones de hambre, sed, fatiga y sueño.
- No duermes apenas.
- Se ha reducido tu interés o deseo por el sexo.
- Te cuesta reconocer tus emociones.
- Te da miedo perder el control.
- Te cuesta concentrarte.
- Tienes la sensación de estar en una lucha interna entre aspectos de tu persona..
- Te sientes culpable después de comer o sientes que deberías hacer ejercicio para poder darte el permiso de comer.
- Te cuesta decir que no a las personas con las que te relacionas.
- Los planes en torno a la comida te generan ansiedad, dudas…
- Cada vez te cuesta más comer alimentos que lleven aceite, hidratos, empanados…
- Bebes más líquidos que antes.
- Estás insatisfecha/o con tu cuerpo.
- Tomas laxantes, diuréticos, o te induces el vómito.
- Te sientes más irritable y/o deprimida/o.
- Llevas una rutina estricta de ejercicio que no te puedes saltar.
- Te parece que los demás son exagerado/as, cuando dicen que no estás bien o no es normal lo que haces.
- Realizas comportamientos compulsivos como por ejemplo mirarte en el espejo muchas veces, tocarte los muslos para ver si has engordado, preguntar qué opinan los demás sobre tu apariencia física…
- Te cuesta cambiar hábitos o adaptarte a los cambios, ver las cosas de otra manera a la que tienes en mente.
Bulimia Nerviosa
La Bulimia Nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria caracterizado por:
- Atracones recurrentes de comida, es decir, episodios en los que se comen muchos alimentos en poco espacio de tiempo con sensación de poco o nada autocontrol.
- Conductas compensatorias inapropiadas para no ganar peso (por ejemplo: provocación de vómitos, uso excesivo de laxantes, ejercicio excesivo, ayuno posterior…).
- Ambas (los atracones y las conductas compensatorias) tienen lugar como promedio una vez a la semana durante tres meses.
- Evaluarse a una misma en función del peso y la silueta corporal.
No obstante, existen varios factores en el origen del trastorno como:
- Baja autoestima.
- Perfeccionismo.
- Pensamiento dicotómico: que se mueve en extremos (“estoy gorda o delgada”, “las cosas han salido bien o fatal”).
- Impulsividad, descontrol de impulsos.
- Características de personalidad que, a menudo, se observan antes de que se inicie el TCA.
Puedes necesitar ayuda psicológica si:
Nota: NO HACE FALTA QUE LOS CUMPLAS TODOS PARA QUE ESTO SEA UN PROBLEMA. La simple presencia de algunos indica la aparición de un problema de la conducta alimentaria, que se agravará cada vez más si no ponemos remedio cuanto antes.
- Tienes terror a subir de peso y/o deseo compulsivo de perderlo.
- Te ves de una manera muy distinta a como te ven las personas que te quieren (por ejemplo, tú te ves bien mientras tu familia te ve extremadamente delgada).
- Tienes una sensación de apetito voraz persistente por la comida.
- Te parece que los demás son exagerado/as, cuando dicen que no estás bien o no es normal lo que haces.
- Te cuesta concentrarse.
- Sueñas sobre atracones.
- Te cuesta cambiar hábitos o adaptarte a los cambios, ver las cosas de otra manera a la que tienes en mente.
- Tienes una sensación constante de culpa, vergüenza…
- No te sientes bien contigo misma.
- Temes descontrolarte y dejarte llevar por tus impulsos.
- Experimentas ansiedad a menudo.
- Te sientes deprimida con/sin ideas de hacerte daño.
- Te sientes confusa respecto a lo que sientes, si es algo espontáneo, temporal o estable…
- Te cambia el humor con mucha rapidez.
- Estás en una constante lucha entre los aspectos que valoras de ti misma y los que no.
- Te das atracones de comida y luego restringes o haces ejercicio para compensar.
- Escondes la comida, robas, mientes.
- Te sientes irritable a menudo.
- Tomas laxantes, diuréticos, enemas, vomitas.
- Ingieres grandes cantidades de agua, té, chicles, tabaco, bebidas light.
Acudir a terapia no debería ser motivo de vergüenza, sino un acto de
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